Al terminar su formación en Washington se le selecciona para participar como intérprete en la IX Conferencia Internacional Americana en Bogotá. La inestabilidad política en la capital colombiana refuerza su profesionalismo. En 1948, regresa a México y participa en la Conferencia Internacional de Radiodifusión por Altas Frecuencias. El evento dura casi un año, en ese lapso, contrae matrimonio con el doctor Miguel Morayta y advierte que en México debe existir además de intérpretes competentes, personal especializado para desempeñar todas las funciones que requiere la secretaría de cualquier congreso que pudiera organizarse en el país (interpretación, traducción, relatoría, actas, administración, taquimecanografía). Con el apoyo de una red de amigos, extranjeros y locales, conforma la Asociación de Personal Técnico para Conferencias Internacionales. De esta manera, crea la oferta profesional e inventa la demanda. No hay trabajo sin cliente.
…más importante son los logros que Italia reconoce haber cosechado con el apoyo de la Asociación [de Personal Técnico para Conferencias Internacionales que fundó]: conseguir que México contara con un servicio de secretariado de intérpretes de primer nivel y altamente competitivo; formar, sobre la marcha, personal que pudiera cubrir las distintas áreas de la secretaría de un congreso internacional. Además, en el campo de la interpretación, la Asociación cumplió anticipadamente la tarea de crear en México centros de estudios especializados. Las primeras escuelas de interpretación a nivel técnico se abrieron en la década de los sesenta y no fue sino hasta los ochenta cuando se materializaron los esfuerzos para que la carrera de interpretación se cursara a nivel licenciatura. También enorgullece a Italia haber formalizado en el país el establecimiento de un código de ética de la profesión, condiciones laborales dignas, estándares de calidad, así como la descripción de las obligaciones y las responsabilidades que deben regir la actividad profesional de los intérpretes.